Habíamos hablado hace poco de cómo un comando antitaurino estuvo a punto de liberar unos novillos encajonados al sur de Francia, más exactamente en Rion-des-Landes-, lo que por supuesto hubiese ocasionado una tragedia: para pensar la magnitud del intento, basta solo imaginar unos novillos sueltos sin control por las calles, corneando a su paso a las personas sin considerar su afición a los toros, o ausencia de ella, incluso su antitauromaquia. En la prensa del suroeste francés se ha levantado entonces un revuelo por lo que pudo ser una masacre, apuntando todos los focos a dos cabezas visibles como culpables: la primera Brigitte Bardot, la reconocida ex diva de Hollywood que afrontó su ancianidad volcándose en el fanatismo animal: para ella, André Viard pide cárcel por su responsabilidad en los destrozos ocasionados por el comando antitaurino, lo que es apenas natural habida cuenta de los miles de euros en daños, el sabotaje a un evento legal y protegido como Patrimonio Cultural Inmaterial, y comoquiera que incluso puede configurarse una tentativa de homicidio agravado. La segunda cabeza señalada es la de Jean Pierre Garrigues, presidente del Comité Radicalmente Anticorrida, agrupación que organiza las protestas antitaurinas en territorio francés, y que pasó de tener al filósofo Derrida como presidente honorario en décadas pasadas, a estar en recientes épocas relacionado con los nazis y los terroristas de ALF. Ambos han negado su responsabilidad, pero al mismo tiempo se permiten mostrarse aireados por la reacción de la policía para despejar la plaza y salvaguardar la vida de los asistentes y pobladores.
Bien, pues al entuerto que supone esta polémica le ha salido una quinta pata: nazis.
El movimiento antitaurino francés estuvo hace poco señalado por un hecho de racismo en Alès, cuando entonces, frente una iglesia, unos manifestantes antitaurinos convocados por el CRAC emitieron insultos racistas contra una pareja recién esposada, pues el hombre que había contraído nupcias y salía de su propia boda para ser insultado, era del norte de África; el hecho, incluso denunciado y condenado por asociaciones animalistas que presenciaron la salva de insultos racistas, fue hábilmente desmentido por el presidente de CRAC, quien enunció nuevamente el discurso comodín del animalismo: los animalistas están en contra de toda discriminación, como el machismo, el sexismo, la xenofobia, y hasta el racismo, pues tampoco discriminan animales, y si el racismo nos parece malo, según ellos, también debería parecernos malo el discriminar animales, etc. La verborrea clásica sin embargo ignora que el animalismo se mueve precisamente en torno a la discriminación contra el género humano y todo lo que representa. A su declarada misantropía, a su uso indiscriminado de la mujer como objeto sexual o como recipiente de propaganda, en clara alusión machista, hay que sumarle el no muy santo precedente de tener a los nazis como sus antepasados modernos. Aunque lo nieguen, la lógica del nazismo era animalista, y solo por ello aún hoy la Alemania Nazi sigue siendo el país en la historia mundial con el mayor bloque legislativo proanimalista, y también, el estado que más leyes animalistas promulgó, y el que tenía las penas más severas contra quienes violaran dichas leyes. Cualquier lectura de Luc Ferry en "El nuevo orden ecológico", o de Hans Magnus Erzensberger en "Política y Delito", ambas profundamente documentadas, demuestran lo anteriormente dicho. Y si la excepción no hace la regla, sería necesario citar los países que siguen en el ranking de políticas y culturas animalistas (India, Estados Unidos, Reino Unido), y hallaremos la misma lista de crímenes, guerras, violaciones a los derechos humanos...en cualquier caso, ni siquiera se trata de estigmatizar a todos los animalistas como nazis, ni al animalismo como nazismo; se trata, sí, de Francia, del CRAC, de lo que pretendieron hacer liberando unos novillos y echando fumigadores en una plaza de toros con mujeres y niños.
La imagen de arriba muestra a Nathalie Krier, cabeza visible del CRAC, en compañía de nazis. Las fotos son perturbadoras, pues no solo marcha junto Esteban Morillo, el nazi que asesinó a una persona por xenofobia, sino que además también hay una foto de Krier con una pandilla nazi entera. Se les ve además articulados al animalismo, pues sale con el nazi asesino durante una marcha animalista. También se le ve con el realizador del documental sobre ALF, filme que ensalza las acciones terroristas de un grupo que ha llegado a cometer más de 14.000 acciones terroristas que conjugan homicidio, sabotaje industrial y quema de instalaciones. Los taurinos hemos sido notablemente insultados por nazis toda la vida, incluso desde que Himmler se vomitó de asco en una plaza de toros. Entonces, lo demencial de esto no es lo sorprendente de la revelación, pues no nos sorprende a los habituados; lo demencial es que Nathalie Krier es una importante ficha del CRAC, y por tanto, ha sido parte del boicot e intento de liberación de los novillos en Rion-des-Landes, pues figura en los datos que recabó la policía cuando un bus llegó de París, lleno de antitaurinos dispuestos a sabotear la novillada.
Cartel que anuncia la prohibición de vivisecciones con animales en la Alemania Nazi. Los animales saludan. |
¿Está el movimiento antitaurino francés infiltrado por organizaciones de extrema derecha? ¿Por qué los animalistas de Réseau Etique llaman a Bardot "La Facha"? ¿Por qué dichos animalistas también advierten que Jérôme Lescure, el realizador del documental sobre ALF está relacionado con el nazismo? ¿Y por qué no recordar que Brigitte Bardot ha sido condenada 5 veces por crímenes relacionados con el racismo y la xenofobia? Demasiadas coincidencias, demasiados cabos que no están sueltos, sino amarrados firmemente a una convicción: lo que pretendían hacer en Rion-des-Landes era criminal; ellos no son la evolución ética, ellos son criminales, o terroristas, como reconocen sin sonrojo: