Debo confesar que no soy seguidor de la tauromaquia de Manzanares hijo, como sí lo soy de la del padre. En mi particular opinión, su toreo logra conjugar la mayoría de vicios de la posmodernidad, a veces sin un sentido aparente, aunque todo dentro de un gran halo de elegancia. Enumerar tales vicios se me hace ocioso, por lo que solo voy a referir lo tocante a esta actuación en Nimes, resultando el torero por la puerta de los Cónsules con 4 orejas y un rabo. ¿Qué tiene de particular esta corrida, que logra más interés que su sonado indulto en Sevilla, su inexplicable puerta grande en Madrid, o su fracaso en la encerrona en La Maestranza? Pues el toro. (Ver videos resumen)
Es bastante raro ver que en un video resumen se muestre el tercio de varas de un toro de figuras. Este es un aspecto que los editores siempre logran ocultar, pues no puede mostrarse lo que por definición no existe. En este video, el segundo toro de Manzanares, del cual desconocemos el nombre, acude al galope y por abajo dos veces a la cabalgadura, aunque en el segundo encuentro no se le pica; lo importante es la intención, y que podemos presumir que el toro tuvo un punto de casta demostrado en el caballo, y luego en la muleta, y además, en su muerte, que recibió en los medios en la suerte de recibir.
Con ello, esto es, con el Toro como un valor real, podemos decir que lo ocurrido en el ruedo tiene más verdad y realidad que cualquier otra cosa, por perfecta y estética que sea. Mientras lo que en otras faenas lo que ocurre es el descargue de suerte, en esta, por la casta del toro, lo que ocurre es la ligazón sin solución de continuidad, pero justificada en el picante del animal, que no se detiene, lo que hace al torero fijar su "parte de salida" sin poder enmendarla, pensarla o derivarla en trampa. ¡Qué tan distinto es todo cuando el toro tiene casta y la corrección técnica es torearle, a diferencia de cuando no tiene casta, se para o acude borreguilmente, y lo que hace el torero es tomarse ventajas! De este principio que algunos no estarían dispuestos a aceptar, se desprende el resto: un toreo estético, elegante, de cadera y empaque, quizá el toreo con más empaque de la actualidad después de Morante. El abuso del pico afea el conjunto, y no se entiende cómo un torero que mata con tanta pureza, se toma tantas precauciones al momento de embraguetarse al toro en la muleta, si lo hace ciegamente en la espada. La espada es todo un canto al cánon: estocadas de libro, aunque algunas veces unas son al capón, y otras contrarias,por lo que aún no iguala a Uceda Leal en el escalafón actual de estocadas.
HAY 3 COSAS: CARGAR LA SUERTE, NO CARGARLA, Y DESCARGARLA
Pero volviendo al punto fundamental, si cargar la suerte es torear en derredor a una parte del cuerpo del torero, (sea con la pierna de salida, la cadera, el cuerpo completo a pies juntos, la muñeca o el brazo), y lo contrario es descargarla, entonces cuando se liga sin solución de continuidad, en rigor no se está descargando la suerte: se está toreando. En ningún caso debe pensarse que aquí se asegura sobre el toreo de Manzanares que es uno donde se carga la suerte, pues esta es una asignatura pendiente del torero, y quizá su mayor lastre para la historia. Pero, para pensar en la idea aquí expuesta, es suficiente ver en el video los pases de pechos donde por fin el torero se echa al toro encima y los remata atrás. Es el Manzanares que algunos quisiéramos ver, el que pueda partir de la posibilidad de esta buena faena: prestancia, pero sin tanta ventaja, esto es, prestancia real, no artificial. Siempre había dicho que el toreo de Manzanares se me hacía similar al arte de Warhol: bonito, pero de mentiras. Esta faena es un punto de quiebre de tal opinión, ycomo caballero, debo descubrirme ante una buena faena que vale la pena reseñar: Manzanares torea con prestancia y naturalidad, pero tendría que torear toros con más casta. Aquí fotos: