Limpio encierro protagonizado por los astados de Adolfo Martín, quizá el que más haya permitido carreras singulares de los mozos. Como dato particular, hay que anotar la manera como cinco corredores se libraron de cornadas -pero no de las caídas- debido a la conformación de los pitones. Los toros apenas los golpeaban con las palas, sin hacer carne, arrojándolos al adoquinado, debido al tipo playero y cornipaso de las encornaduras. En especial, un toro tomó la punta a la altura de Estafeta, arrasando con corredores de la acera derecha. La manada se partió a la altura de Telefónica por un rezago, por desgracia no ponchado por la realización del encierro. Un toro embistió contra el vallado antes de entrar a la plaza; nuevamente, no hay tomas suficientes del hecho. En total cuatro contusionados y muy buenas carreras entre los huecos que dejaban los saltillos. El encierro ocupó 2:52 minutos.
Fuente: Diario de Navarra, Javier Carabias y San Fermín.