
Si yo fuera un historiador, pongamos, de toros, haría una línea negra con la que se pueda reconocer nuestro viaje en común, que salta de un hito a otro, de tal forma que un festejo pueda resumir toda una época o sea consecuencia de una serie de hechos que se arrastran por las décadas. Nada es ocasional, pese a ser los asuntos del toro los más impredecibles.
A veces esta abusiva simplificación es posible. Por ejemplo, en el caso de la corrida...