
Provechito, número 52, nacido en marzo de 2013. Si fuera un humano, tendría cuatro años, con toda la carga de vulnerabilidad que conlleva la infancia de los hombres. Pero era un toro. Nuestras vidas corren paralelas, con distintos ritmos de crecimiento para siempre. En esos cuatro años, Provechito cogió arrobas y fiereza, mientras que sus pitones se alargaron, prestos para un ataque apoyado por toda la musculatura del tren trasero. El animal...