
Jerónimo Pimentel, oriundo de la torista Cenicientos, da inicio a esta historia.
Había traído desde España un lote de sementales de encaste Domecq a Colombia, tropilla que agitarían su sangre con el trópico, luego la altitud del páramo, para revolver por siempre la historia del toreo nacional. Es el 95, año en que Rincón abre su quinta puerta grande de Madrid. Entonces la tauromaquia colombiana experimentaba ya el desgaste natural que sucede...