
Malick, quien al igual que Tarr nunca cursó cinematografía, sino filosofía, deja una obra cumbre del séptimo arte como su testamento. El árbol de la vida es una pieza de perfección intratable.
¿Qué se puede decir para encerrar tan inabarcable obra? Es la historia del mundo desde el instante mismo de la creación hasta la muerte de un joven texano en la Segunda Guerra Mundial, y la extensión de la muerte durante años hasta la consumación del Paraíso....