martes, 6 de agosto de 2013

Terrorismo Antitaurino en Palma de Mallorca




Como sucedió hace un año, los antitaurinos en Palma de Mallorca volvieron a atacar el día de ayer las instalaciones de la plaza de toros y los locales que están vinculados a la actividad taurina en la isla. Además de forzar las puertas y acceder a las inmediaciones de una taquilla a la que luego le prendieron fuego, también se dedicaron a romper los vidrios de un restaurante donde se vende la boletería de la próxima corrida.

El terrorismo antitaurino ya se había manifestado este año en Manizales, Colombia. Entonces contábamos que estos actos están vinculados a una organización horizontal llamada Animal Liberation Front, considerada como amenaza terrorista doméstica en Estados Unidos y Gran Bretaña, y que cuenta con más de 7.000 procesos por terrorismo investigados por el FBI. Aunque en Behind the Mask (un documental de exaltación) se cuenten a sí mismos como un grupo altruista, redentor, rebelde y muy play, la verdad es que el terrorismo es repugnante a cualquier ética, cosa que al parecer es muy difícil de entender para aquellos adalides de la "evolución moral".

¿Qué busca el acoso sistemático a los familiares de las personas que usan animales? ¿Qué busca la intimidación y la violencia contra niños cuyos padres crían animales para laboratorios? ¿Qué buscan los vidrios rotos de los carros de científicos, o del restaurante Hoyo 10 que vende la boletería para la corrida? ¿Qué busca la quema de instalaciones industriales, de las propiedades de los familiares de aquellos que crían vacas, el fuego en la casa de André Viard cuando los antitaurinos intentaron asesinar a su familia, o el fuego que quemó la taquilla de una plaza? Busca todo esto generar terror mediante la violencia puntual, un terror capaz de intimidar y quebrar toda resistencia, para así conseguir unos fines que por las vías legales no logran encontrarse, por extremistas.



Para el FBI en su informe Eco-terrorism, la actitud criminal denota ciertas patologías mentales: la obsesión por la quema de instalaciones (más de 10.000 en USA) refleja una mentalidad piromaníaca y violenta. El regusto por una estética que contrasta la dulzura y la estulticia de los animales con fuertes hombres encapuchados y ataviados con prendas militares, es una forma de externar la psique violenta del terrorista de ALF. La escalada de los actos violentos, de la amenaza a la "acción directa", como rasgo de la pérdida de escrúpulos. En cualquier caso, más allá de hallarnos frente a un grupo de perturbados que denuncian la violencia pero usan a la misma como único método, lo sorprendente es que el resto de animalistas no han extendido jamás una condena contra el terrorismo de ALF. Al contrario, la romántica figura de los hombres que "arriesgan" su vida para salvar animales,es aplaudida. Desde luego que no hay necesidad de explicar que el animalismo es un programa ético, y el que terrorismo es contrario a toda ética, con lo que la aparente contradicción en los términos de esta relación, realmente enmascara el rostro de la misatropía animalista, y su habladuría general. Pedir una condena contra esta violencia, por ejemplo a Anselmi, es por lo menos pecar de crédulo.

Lo que debe hacer ante todo el colectivo taurino de Palma de Mallorca, es emplazar a las organizaciones antitaurinas de la isla, pedir que se intervengan todas sus comunicaciones para que se encuentre a los responsables, y elevar quejas judiciales para que sean procesados penalmente por terrorismo. Las pruebas son claras: reivindicándose como pertenecientes a una organización considerada como terrorista, los responsables llevan dos años realizando arañazos que buscan intimidar, en ocasiones usando la violencia. De llenar de silicona los candados de la plaza, han pasado a incendiar sus instalaciones en una clara escalada: ¿qué seguirá el próximo año si no los detenemos a tiempo?